Dibujo de la cara de Gemma Deza

Algo sobre mí

Soy Gemma Deza Guil (Barcelona, 1974), humana y traductora licenciada por la Universidad Pompeu Fabra (1992-1996).

Amo traducir literatura para consonni, que me ha permitido explorar mentes como las de Montserrat Roig (Ramona, adiós Tiempo de cerezas) o James Alan McPherson (Espacio vital), disfruto ampliando horizontes de conocimiento con editoriales como Península (Auge y caída del orden neoliberal de Gary Gerstle) o Capitán Swing (Carreteras azules de William Least Heat-Moon y Más allá de Stephen Walker) y adoro corregir a otras traductoras y a otros traductores humanos que me han llevado a escalar montañas (con Emezi Akwaeke) y vadear ríos (Y se oía a los grillos cantar de Corina Sabau y Autobiografía de un pulpo de Vinciane Despret) que están configurando un nuevo paisaje emocional y mental.

Javier Marías escribió en Mañana en la batalla piensa en mí: «Qué desgracia saber tu nombre aunque ya no conozca tu rostro mañana, los nombres no cambian y se quedan fijos en la memoria cuando se quedan, sin que nada ni nadie pueda arrancarlos. Mi cabeza está llena de nombres cuyos rostros he olvidado; son sólo una mancha flotando en el paisaje, una calle, una casa, una edad o una pantalla». Isaiah Berlin, Mundeta, Gemma Ruiz Palà, Stephen Walker, Mies van der Rohe, Ayaan Hirsi Ali, Sean Scully, Gary Gerstle, Mario Botta, Philip Jodidio, Andy Warhol, Kurt Eichenwald, Peter Osborne, Helena Reckitt, Ryan David Jahn o Katrina Marino son nombres que se han colado en mi vida a través de encargos de editoriales y agencias de traducción, nombres reales y otros ficticios, personas de carne y hueso y personajes de ficción, todos ellos en páginas de papel que han aparecido en el mercado en castellano, mi lengua, para otros muchos ojos. Llevo traduciendo desde 1997. Desde siempre he combinado la traducción de ensayos divulgativos y libros especializados en arte, arquitectura, cine y periodismo con la de textos técnicos, como el software y las ayudas electrónicas de Apple durante más de 15 años. Sin embargo, lo que más disfruto, con diferencia, es traducir novela y ensayo. Traducir literatura ha cambiado mi concepción de esta profesión y la ha vuelto mucho más estimulante.

En la actualidad me interesa trabajar principalmente en el campo de la traducción editorial. Mi combinación lingüística es de inglés/francés a castellano/catalán.